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En el radar

Mes de la mujer, ¿cómo hacer un cambio real?

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Bien dicen que el Día Internacional de la Mujer es para ocuparse, no para celebrarse. Y lo cierto es que la fecha nos recuerda todo el camino que falta por andar.

En un documento reciente, la ONU señala que el 2021 es un es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía de las mujeres que han jugado un papel clave en la historia.

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Aunque llegamos a la luna,
las desigualdades siguen presentes.

Una mujer, con la misma capacidad que un hombre, muchas veces no gana el mismo sueldo por el simple hecho de serlo. Según cifras oficiales, una de cada tres sigue sufriendo violencia de género y en 2020, la presencia femenina en los parlamentos del mundo era menos al 25 por ciento.

La ONU plantea algunas actividades que debemos realizar en nuestros círculos más cercanos y escalar a toda costa, para que la brecha de géneros se haga tan pequeña que llegue el momento en que sea inexistente. ¿De qué se trata?

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Compartir el cuidado

¿Alguna vez escuchaste el dicho “el trabajo de una mujer nunca se termina”? Bueno, es verdad: las mujeres se ocupan tres veces más de las labores domésticas y del cuidado no remunerado que los hombres. Esto se traduce en tiempo y energía que se les quita para avanzar en sus carreras, ganar más dinero y disfrutar de las actividades de ocio. 

Demuestra que te importa: comprométete a repartir por igual las tareas domésticas, las responsabilidades de crianza y otros trabajos no remunerados. A continuación, te ofrecemos algunas estrategias para que te pongas en marcha:

Empieza por tener una charla con tu familia. Identifica las necesidades de cuidado y las responsabilidades domésticas.

Considera y analiza tus fortalezas cuando compartas las responsabilidades de cuidado.

Organiza las actividades domésticas mediante una lista de tareas. 

Desde poner la mesa hasta cocinar, alienta a las niñas y niños a colaborar por igual en las tareas domésticas.

Si uno de los cónyuges de la familia trabaja a tiempo completo, reconoce y admite el valor de su trabajo.

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Denunciar
los casos de sexismo y acoso 

Desde los piropos hasta las bromas sexuales inapropiadas, las mujeres se enfrentan a todo tipo de comportamiento sexista e irrespetuoso en lugares públicos y privados.

Puedes ser un observador activo al romper el status quo y desafiar. Empieza por denunciar cualquier comportamiento inadecuado de manera segura y respetuosa.

Cuestiona cualquier noción estereotipada de género, como “una mujer debería saber cuál es su lugar” y “no te pongas sensible”, mediante un diálogo abierto.

Cuando se trate de entablar una conversación, conoce los hechos, de modo que la próxima vez que alguien te haga comentarios como “¡La brecha salarial es un mito!”, puedas callarlos.

Si eres testigo de un caso de acoso, denúncialo y da un paso adelante. Busca la ayuda de otras personas si tienes miedo de hacerlo.

Tómate el tiempo de escuchar a la víctima y pregúntale de qué manera la puedes ayudar.

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Exigir una cultura
de igualdad en el trabajo  

Desde el acoso sexual hasta la brecha salarial de género, las mujeres enfrentan una lista completa de prácticas discriminatorias.

Exige un ambiente progresista a través de la representación equitativa de mujeres en los altos cargos y juntas directivas y la igualdad de remuneración.

Las mujeres suelen hacer grandes sacrificios profesionales para tener una familia, lo que repercute en su bienestar personal y económico.

Una manera de igualar las condiciones es luchar por la aprobación de políticas unificadas de licencia parental que ofrezcan un período amplio de licencia remunerada a las madres y los padres biológicos y adoptivos.

Es importante alentar a los padres a desempeñar un papel activo en la crianza de sus hijas e hijos.

Los programas de reinserción laboral también pueden ayudar a las mujeres a recuperar la formación que pudieran haber perdido cuando están listas para reincorporarse en el mercado laboral. 

Otras maneras sencillas de facilitarles la vida profesional a las madres abarcan las siguientes: pedir salas de lactancia, refrigeradores para conservar la leche materna, horarios flexibles de trabajo y servicios de atención infantil asequibles y de calidad.

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Ejercer tus derechos políticos

Hasta 2020, las mujeres ocupan el 25% de los escaños en los parlamentos nacionales y representan menos del 7% de la dirigencia mundial.

¿Cuál es la manera más fácil y directa de marcar una diferencia? ¡Votar! Y considera votar por las mujeres.

Infórmate sobre las próximas elecciones y difunde cuáles son las candidatas fuertes.

Regístrate para votar si no lo has hecho y consulta con tus amistades y familiares para asegurarte de que también se hayan registrado. Posteriormente, asiste a las elecciones.

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Comprar con responsabilidad

Ya sea que se trate de tu próxima botella de champú o de un nuevo pantalón, la manera en que compras puede tener un impacto real en el medio ambiente y, a su vez, en la vida de las mujeres y las niñas.

El cambio climático afecta de manera desproporcionada a las mujeres de todo el mundo.

Los desastres humanitarios provocados por el clima a menudo exacerban las desigualdades de género existentes y, como consecuencia, las mujeres y las niñas quedan expuestas a mayores índices de violencia, malnutrición y otros riesgos.

Tienes el poder de mitigar estos impactos. A continuación, te detallamos algunas maneras simples de dar los primeros pasos:

Elige productos ecológicos y compra ropa de segunda mano.

Evita el consumo de plásticos desechables.

Recicla o dona tu ropa y otros artículos. 

Anima a otras personas a seguir tu ejemplo: hazle saber a tus amistades por qué tu nuevo producto sustentable es superior al de un minorista de moda rápida o una gran tienda (¡Eso es cosa del pasado!). 

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Enseñarles a las niñas
lo valiosas que son

Incluso antes de llegar a la pubertad, las niñas de todo el mundo ya tienen creencias sobre su lugar, valor y papel en la sociedad como personas dependientes, vulnerables o incapaces, y se les enseña que deben actuar de esa manera, lo que refuerza los estereotipos de género y les impide desarrollar todo su potencial.

Es difícil desaprender este tipo de creencias. Por este motivo, es muy importante abordarlas desde temprana edad.

Recuérdales a las niñas que forman parte de tu vida que son fuertes, capaces y se merecen el mismo respeto que los niños. Asegúrate de que entiendan de que son mucho más que su apariencia: elógialas por su inteligencia, fortaleza, capacidad de liderazgo, destreza física y muchas áreas más.

Anima a las niñas a alzar la voz y hacerse valer.

Contrarresta las narrativas y el lenguaje que las persuada de no hacerlo: diles que son “audaces”, no “mandonas”.

Demuéstrales que sus pensamientos importan pidiéndoles su opinión y escuchándolas cuando hablen.

Hazles saber que no existe una manera correcta o incorrecta de ser una niña.

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Desafiar el significado de
“ser un hombre”

Actúa como un hombre. Los niños no lloran. Los niños son niños.

Estas nociones tradicionales de masculinidad suelen desalentar a los niños y los hombres de comunicar abiertamente sus sentimientos.

Tanto en tus amistades o relaciones como en tu familia, apoya las expresiones de masculinidad que involucren la vulnerabilidad, la sensibilidad, el cuidado y otros rasgos que, por tradición, no son masculinos.

Fomenta un entorno donde los niños y los hombres se sientan seguros al expresar sus emociones: déjales saber que sus sentimientos son válidos e invítalos a compartirlos. No te burles de ellos ni los ignores, y delata a quienes lo hagan.

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Respetar las decisiones
de las demás personas

Cada persona tiene el derecho de tomar decisiones sobre su bienestar, familia y futuro. 

Cuando las decisiones de otra persona te molesten, pregúntate por qué.

Analiza los prejuicios que puedan estar impulsando tu reacción y considera las circunstancias que llevaron a que la vida de esa persona fuera diferente a la tuya.

Escucha sus argumentos.

A veces, nos cuesta entender una decisión que nunca tuvimos que tomar. Asume la responsabilidad de aprender y pensar de manera crítica sobre las situaciones de las demás personas.